jueves, 28 de abril de 2011

EL GRAN BICENTENARIO

¿Tenemos algo que celebrar? Es una pregunta generalizada que se revuelca por acá en el inframundo en el cual nos encontramos todos aquellos que hacemos que este nuestro México se vaya desplazando quién sabe hacia donde; porque tal parece que aunque el vendaval arrecie, seguimos empujando aquello que cada vez se torna más y más pesado, y al hacerse sentir este peso nos seguimos quejando entre dientes, mascullando y pujando más del millón de maldiciones pero sin que estas se escuchen más allá de este inframundo.


Vivimos en ese extraño mundo en el que infinidad de factores multidiferenciables nos afectan, alteran, trastornan, desquician, nos joden y al final que sucede, pues sucede lo que se ha vuelto un “factor común” NADA; sin embargo esporádicas manifestaciones de grupúsculos se han venido decantando a través de este periodo en el que hemos transcurrido hasta llegar a los umbrales de tan cacareada fecha.

Ha sido suficiente la burla por parte de esa subclase que hemos fomentado, idolatrado, procurado, protegido, etcétera; ya no hay espacio para la exposición detallada a modo de cronograma para la indignación, ya no hay más espacio en el cual podamos guarecer la dignidad, aquel rincón en el que se escondía como la muñeca fea también ha sido copado por la daga del terrorismo instaurado como otro método más de esclavismo.

Es cierto que no queremos vernos una vez más en la “bola” que caracterizó el movimiento conocido como “revolucionario” aunque no hubo tal siendo francos, o como esta de moda el decir “siendo sinceros”; mucha sangre derramada y miren nomás en donde estamos.

...Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez...

(Proclama insurreccional de la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz, 16 de julio de 1809)

Cuando se habla y no se escucha, pues se alza la voz, se grita, se manifiesta; pero que sigue cuando nos agreden, nos golpean sistemáticamente hasta el sometimiento y quebrantamiento de las necesidades básicas, intrínsecas al hombre, ya se ha dicho “inalienables”; a los cuales se les conoce de dicho más muy lejanamente de hecho. Aquellas “Garantías Individuales” han quedado lapidadas ante la sucesión de anarquías, eso si muy bien impuestas y auspiciadas por nosotros.

Seguirá el fuego purificador, las espadas, guillotinas, cañones, bombas, armas automáticas y demás artilugios para lavar con sangre todo aquello que hemos permitido… que sigue…? O es que como especie estamos condenados a repetir los mismos errores en ese círculo (o esfera da igual) vicioso que nos arrastra a ese abismo cíclico y apocalíptico… De dónde venimos, quienes somos… a donde vamos… que sigue?