jueves, 5 de mayo de 2011

México, el horizonte perdido

El Estado mexicano ha fallado, coinciden personajes como Hillary Clinton, David Cameron, Nicolas Sarkozy, Hugo Chávez y Lula da Silva. El argumento que emplean es sencillo: nadie gobierna, la anarquía es total.

Los poderes ejecutivo y legislativo de los tres niveles de la administración pública se encuentran, desde el tercer año del calderonato, en asegurar posiciones para las elecciones del 2012. Todo se mueve por la inercia propia de la burocracia institucional.
Felipe Calderón es ejemplo vivo de lo que hacen todos los gobernadores en sus entidades. Todos pretender gobernar mediante “spots” publicitarios de supuestos beneficios de fantasmales programas sociales, económicos y de desarrollo. Todo ocurre en la cuarta dimensión, en la realidad nada es tangible.
El reciente discurso de Calderón ante las cámaras de televisión para que lo apoyen en la supuesta guerra contra el narcotráfico evidencia la incomprensión total del sujeto frente a los reclamos políticos y sociales que hacen los mexicanos.
Al igual que el gobierno estadounidense, que lanzó una guerra contra un intangible terrorismo, al que luego le pusieron rostro y nombre (Osama Bin Laden) a partir del 11 de septiembre de 2001, gracias a lo cual Barack Obama garantiza su reelección, Calderón dice que lucha contra el crimen organizado al que cada semana le pone rostro y nombre según vayan cayendo los delincuentes del momento, que según dicen, son “los más peligrosos”.
Ante el modelo Obama, de acuerdo a lo mostrado con Bin Laden, nadie se sorprenda que en el último tercio del año o a comienzos del 2012, el gobierno federal capture o elimine al Chapo Guzmán y demás criminales de ese nivel. Con ello, el PAN de Calderón asegurará la permanencia de su grupo en Los Pinos.
Por ello, al estar enfrascados en ese juego de poder, los titulares de los Ejecutivos de los tres niveles de gobierno se han olvidado de la administración pública y todo se encuentra al garete, bajo la decisión de segundones ineptos y corruptos, al igual que sus jefes.
Es el caso de Chiapas, que desde comienzos de este 2011, todos los grupúsculos seudopolíticos se encuentran “ocupados y preocupados” por el 2012. El más abierto, por ahora, es el joven senador Manuel Velasco Coello, al desarrollar una abierta campaña preelectoral, con el aparente apoyo del gobernador Sabines Guerrero.
Pero José Antonio Aguilar Bodegas no ha dejado de moverse en la penumbra, al igual que el ex senador Rutilio Escandón y el también senador Rubén Velázquez. Con toda intención no menciono filias partidarias, ya que en la época actual eso ya no importa, puesto que las ideologías han muerto desde hace mucho, según lo vaticinara en los años 80 del siglo pasado el analista Francis Fukuyama (asesor de los Bush, cuando presidentes), en su visionario ensayo El fin de la historia. No nos extrañe ver a éstos o a otros cobijarse bajo cualquier membrete mercadotécnico, que no otra cosa son ahora los partidos políticos, luchando “por servir al pueblo”.
Mientras no avancen las candidaturas ciudadanas, aparezcan nuevos partidos con membresía actuante, y el Instituto Federal Electoral y los simulacros estatales sean depurados al estilo perestroika, nada bueno podemos esperar los ciudadanos de a pie, los que conformamos el México real, el que sufre la inseguridad y los abusos taxativos, los que han perdido la esperanza de la movilidad social mediante la educación y el esfuerzo basado en el trabajo, ni quienes mueren en hospitales de pacotilla.