martes, 15 de octubre de 2013

Linchamiento público e impune de Grupo Valanci

Hoy me entero que el joven Elnecavé investiga con todos mis conocidos algún dato sucio sobre mi persona, para que "cada 15 minutos" me destroce por radio y publicaciones que tiene a su merced, como acostumbra, por el sólo hecho de reclamar un pago por mi trabajo periodístico, que no "chayo", pues nunca he acostumbrado extorsionar políticos o funcionarios.
A mí me contrató (de palabra) Jacobo Elnecavé para conducir un noticiero en la estación "permisionaria" Bella Música en el 106.7 de FM, mediante un sueldo base de tres mil pesos más el 10 por ciento de lo que generara la publicidad o convenios a través de los periódicos La Voz del Sureste y la Voz de Tapachula. Su objetivo, dijo en su  momento, eran los Ayuntamientos de la Costa chiapaneca, puesto que la estación de radio no puede facturar.
Debido a mi tradicional patología periodística de darle voz a quienes no la tienen y frenar a los que abusan del control de los medios, acepté la oportunidad de revelar la forma tan deshonesta en que se maneja la administración de Samuel Chacón, alcalde de Tapachula. Sabía de antemano que al lograr el Grupo Valanci su objetivo de alcanzar un convenio comercial con la comuna tapachulteca, la exhibición de la corrupción hecha por mi sería cancelada.
Yo esperaba una llamada telefónica en ese tenor, como ocurre en toda empresa que se respete. "Señor, equis funcionario ya no puede ser tocado por razones comerciales". Así se me hizo saber con las figuras de Enrique Peña Nieto, Manuel Velasco Coello y Antonio Díaz Atihé. Como todo profesionista de los medios, acaté las instrucciones.
Desde luego, en el acuerdo nunca se contempló que iba a ser yo el que se manchara las manos, pues mi contrato verbal con la empresa era que ésta me pagaría por un trabajo periodístico real, sin mentiras, sin notas "voladas", sino mostrar la anarquía que prevalece en la administración tapachulteca y la serie de componendas que Chacón tiene con grupos gangsteriles que se hacen llamar "líderes" sociales y que sólo existen en la razón de que los funcionarios les dan prebendas.
Nunca, en el tiempo que estuve al aire, secundé los infundios que Elnecavé decía en su emisión desde Tuxtla Gutiérrez ni lo que publicaba en sus periódicos. Siempre aclaré que era la versión de ellos y yo me concretaba a informar lo que aquí en Tapachula es evidente para  todos y con pruebas inobjetables.
Ahora resulta que Elnecavé me "investiga" para encontrar algo negro y depravado, como ellos acostumbran a comportarse, para lincharme en sus medios. Hasta ahora sus esfuerzos han sido infructuosos. Qué sigan investigando. Allá ellos.
El Grupo Valanci, cuya cabeza debería explicar cómo llegó a una diputación federal, tiene dinero y medios de comunicación que se "empoderaron" durante el régimen del sabinato, que todo mundo sabe cómo se las gastó.
El único capital que yo tengo, pero que ellos no tienen, es el de la ética periodística y el de la moral cívica. Y que desde luego, estoy en la mejor disposición de impartir un taller o seminario al Grupo Valanci, por una módica suma.
Sé que esto es insuficiente ante el poder ensoberbecido, ya lo vivió en carne propia don Belisario Domínguez, Jorge Saldaña, Carmen Aristegui, entre muchos otros. Soy un sencillo periodista que siempre se involucra con las causas perdidas... esas mismas que la historia gana. Y como dice la canción de El Águila Negra, "aquí estoy, para lo que gusten ustedes mandar".

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