El diputado nazi de Coita

Ariel Gómez León, hasta hoy aún diputado federal por el noveno distrito, con cabecera en Tuxtla Gutiérrez, avergonzó a todos los chiapanecos –y en especial a los conejos–, al poner al descubierto la esencia pura de su corazón, al revelar su miserable espiritualidad y mostrar su extrema tacañería al protestar por el descuento de un día de salario que le hizo su partido, el PRD, para ayudar a los haitianos en desgracia.
"En los medios, como la televisión observamos la cara de la gente cuando le reparten ayuda, no son caras de necesidad, más bien de abusivos insaciables", dijo al aire en su programa de radio quien se hace llamar El Chunko (así, con k), aunque se caiga de viejo. "Como todos son negros y se parecen tanto, había que marcarlos con una tinta indeleble para que no se les repita la ayuda; la tinta tiene que ser blanca porque la que usa el Instituto Federal Electoral (IFE) no se les notaría por ser tan negros", agregó haciéndose el chistosito.
Este sujeto, originario de Ocozocuautla, trató después de justificarse al decir que “era broma” y había dejado el micrófono abierto. Desde luego, este argumento no hace sino empeorar más el asunto.
¿Se merecen los electores chiapanecos este tipo de políticos? Creo que no, aunque ya fue regidor del Ayuntamiento tuxtleco en el trienio 2004-2006, pero por el Partido Verde (de lo que te libraste Manuelito Velasco) y quién sabe que trabajos sucios tuvo que realizar para hacer “carrera política” con los colores del sol azteca, cuyos integrantes no son mejores que él.
El hecho es que ahora, hasta el paniaguado de Jesús Ortega, presidente del PRD, ya lo consignó a la Comisión Política Nacional para que lo sancionen y lo expulsen de ese corporativo político.
En su ficha partidista se consigna que cursó una carrera “técnica” de locutor, por lo que su preparación académica no debe pasar de secundaria o preparatoria, pero por la manera en que se expresa, hay fundamentos para suponer que su “cacumen” no da para mucho. Si estuviéramos en la época de oro de la radio, estoy seguro que mis queridos amigos Roberto de los Santos Cruz o Conrado Garibay no lo hubieran utilizado ni como jalacables. Esperemos que Simón Valanci , su patrón, actúe en consecuencia.
Ha de ser muy bueno con la lengua (sin albur) porque hasta ahora figura en dos comisiones: la de Radio, Televisión y Cinematografía, de la cual es secretario, e integrante de la de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios. En ambas goza sueldos extras.
Si el Comité Ejecutivo Nacional perredista decide expulsarlo de su cofradía y entregarlo al juicio político y público de los votantes del noveno distrito federal electoral chiapaneco, quiero estar en primera fila del jurado popular.
Desde luego que su suplente, Bersaín Miranda Borraz, no es garantía de nada, sino más bien continuación de lo mismo, pero peor. Por algo lo puso como pegote. ¡Viva la democracia!